La empatía es la capacidad para ponerse en el lugar del otro y saber
lo que siente o incluso lo que puede estar pensando.
Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor
saben
"leer" a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad
de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no
verbal,
sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc.
Y en base a esa información, pueden saber lo que está pasando
dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los
sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son
capaces
de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
La empatía requiere, por tanto, prestar atención a la otra persona,
aunque es un proceso que se realiza en su mayor parte de manera inconsciente.
Requiere también ser consciente de que los demás pueden sentir
y pensar de modos similares a los nuestros, pero también diferentes.
Tal vez a ti no te moleste un determinado comentario o broma, pero a
otra persona
sí puede molestarle. La persona empática es capaz de darse cuenta
de que dicho comentario te ha molestado incluso aunque ella sienta de
otra manera.
Cómo ser más empático
Una persona puede aumentar su capacidad de empatía observando con más
detalle a los demás mientras habla con ellos, prestándoles toda
su atención
y observando todos los mensajes que esa persona transmite,
esforzándose
por ponerse en su lugar y "leer" lo que siente.
Pero la empatía es mucho más que saber lo que el otro siente,
sino que implica responder de una manera apropiada a la emoción que la
otra persona está sintiendo. Es decir, si alguien te dice que acaba de enfadarse con su mejor amig@ y tú sonríes y exclamas "¡Qué
bien!", no estás dando una respuesta muy empática.
La falta de empatía
La falta de empatía puede verse a menudo al observar las reacciones
de los demás. Cuando una persona está principalmente centrada
en sí misma, en satisfacer sus deseos y en su propia comodidad, no se
preocupa por lo que los demás puedan estar sintiendo y no tiene una
respuesta
empática ante ellos. Es la madre o padre que responde con un "mmm"
indiferente, cuando su hija pequeña le enseña con entusiasmo su
último dibujo, sin percibir la decepción de la niña al
ser ignorada. Es el marido que llega a casa cansado del trabajo y se
sienta
a ver la tele mientras espera que su esposa, que también llega cansada
del trabajo, se ocupe de hacer la cena y de bañar a los niños.
O es la persona que dice no importarle si hay calentamiento global o
si estamos
contaminando el ambiente porque considera que ya habrá muerto cuando
todo eso sea un verdadero problema.
El único modo de hacer que el mundo sea cada vez más
empático y no al revés, consiste en que cada persona se esfuerce
por ser más empática, prestando más atención a los
demás, a sus emociones, a lo que pueden estar sintiendo o pensando, o
cómo les afecta lo que dices o haces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario